jueves, 17 de mayo de 2012

Nada por aquí... Nada por allá...

Nada por aquí, nada por allá... y ahí va Artur Mas=menos, cual Juan Tamariz (eso sí, de tres al cuarto, poca broma con el maestro), con una nueva entrega de sus recortes, recién salidos del incandescente horno de su chistera. Y si en nuestras retinas todavía perdura la habilidad de un mago que nos deleitaba haciendo billetes de mil con una extraña maquinita, en nuestros lomos siguen escociendo las mil y unas artimañas que ese hábil tahúr que es Artur ingenia día tras día para hacerse con nuestros billetes sin necesidad de máquina alguna: por la cara. De ahí que no pocos hayan interpretado el gesto de Artur de anteayer en rueda de prensa no como un hábil truco de magia, sino como el gesto de quien advierte a la prensa gráfica que van a ser víctimas -y el resto de la sufrida tropa catalana con ellos- de un atraco in situ. Mans enlaire!

Y esta vez justificado, no con la habitual y ya manida crítica a la herencia recibida (maleït Tripartit!), sino por la falta de sensibilidad del des(Gobierno) de Madrid al respecto del pacto fiscal, compleja piedra filosofal cuyo control efectivo enfrenta al circo de Mas con esa otra pléyade de payasos, trapecistas y magos -uno de ellos incluso curtido en la  prestigiosa pista de los Lehman Bros.-, en lo que a fin de cuentas no es sino una disputa por hacerse con la patente de corso del latrocinio ciudadano en favor de uno mismo y de los amiguetes.

Y menos mal que lo de Ítaca queda lejos, porque ya puestos en la senda surrealista, ¿se imaginan al amigo Artur buscando excusas para sus fiascos en el contexto de una "Catalunya independent"? ¿A qué o a quién apuntarían sus dardos? ¿Al empedrado? ¿Al mal tiempo? ¿Al mal fario? ¿Al árbitro? ¿A los elefantes? O más enrevesado aún: ¿a la propia independencia?

Cualquier cosa menos reconocer la propia incapacidad, los expolios (¡ay, el Palau!, ¡ay, esas cuentas opacas en Suiza y Liechtenstein de quien tú, yo y él sabemos!), la eliminación de impuestos a los que más tienen, y sobre todo la existencia de la famosa agenda "oculta" (cada vez menos, habrá que revisar el fondo de la chistera), para desprestigiar, anular, trocear y hundir el Estado del bienestar, a la que tan diligentemente se está aplicando el Moloch mostrenco ese que forman Mas-Colell, Rigau, Boi Ruiz o el siniestro Josep Prat.

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Ruleta rusa