lunes, 14 de mayo de 2012

La destrucción de los cactus pendencieros... (1ª parte)

... Y SU CONVER­SIÓN EN MATERIA PLÁSTICA CÓMEME EL TÁLAMO la chica de cartón-glicerina y ojos de galleta y pistacho vuelve a casa muy de mañana. abre la puerta, se desnu­da y empieza a bailar. descorazonados labios de secas preguntas-sin-respuesta la espetan. "¿qué voy a hacer el día que te hartes de mí? ...oh, nena! nunca alcan­zaré a comprenderte. vamos a buscar un poco de diver­sión, sana diversión, como en los buenos tiempos." cuando llegue la mañana, semolina pilchard se desayu­nará un parque de atracciones entero. tal vez hoy intente el asalto definitivo a la cima de la esfinge que son sus secretos con su famoso pañuelo anudado al cuello. dicen que el malvado señor mostaza intentará sorprenderla por la espalda y teñirla de azul. blue mean! no creo que nuestra heroína se deje. nuestra mirada es un silencio eléc­trico que desafía a la desdentada ciudad metro puente serpiente grito blasfemo odisea miseria gloria de dos días escalo­frío de verano de áridos ojos amnésicos hasta que la abofetea. nena musita ásperas canciones de batallas y amores perdidos junto a los charquitos del camino. el termómetro del ocaso acentúa su asfi­xia. la hierba siempre crece alta en los campos de la adolescencia. "podríamos perdernos por unos días. empiezo a estar un tanto harto." en la televisión, una moderna versión de un clásico del western and roll. polvorientas diligencias embrutecidas por un chute de miel FIN DE LA 1ª PARTE 

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