Me descubro el cráneo ante usted, Sr. Poch / Seferis
Es difícil explicarlo mejor con tan pocas y sencillas palabras: "Resumiendo: combatieron una quiebra del sistema financiero inyectando dinero público, cuando la inyección creó deuda pública declararon que ésta –no la quiebra que la provocó- era el problema. Los bancos de Alemania y otros países del Norte que contribuyeron a la deuda privada del Sur europeo invirtiendo decenas de miles de millones de su superavit comercial en nuestras criminales fantasías inmobiliarias, redujeron un asunto claramente interrelacionado a un problema de “virtuosos y manirrotos”. Lo inaudito no ha sido el patoso y descarado nacionalismo alemán en todo esto, sino el servilismo y vasallaje de los políticos del Sur ante ese discurso. A continuación, para atajar todo ese embrollo de deuda aplicaron recorte social a los de abajo con la misma filosofía que condujo a la quiebra original. Ahora, ante la evidencia que el remedio es peor que la enfermedad, hablan de políticas de crecimiento pero por ello sólo entienden “reforma laboral”. En dos años, el atraco perfecto se ha convertido en evidente farsa. Mientras tanto la gente ha ido aprendiendo economía, en su propia carne y asoma la rebelión." (fragmento de "España en el punto de mira", de Rafael Poch, La Vanguardia, 1-4-2012).
Pues sí, Merkels, Sarkozys, Montis, Rajoys y demás Gespenster. Como diría Groucho: "¡Hasta un crío de cuatro años podría comprenderlo!" (por favor, que alguien les busque un crío de cuatro años porque a ellos les parece -y nunca mejor dicho- chino).
Pero mientras no llegue tan feliz momento, y esperando que las "cada vez más molestas" democracia y protesta puedan resistir los salvajes embates de los fantoches neocon, este modesto y barbado autor hoy de guardia se retira a entregarse a la relectura y meditación poética, alrededor de un entrañable librito cuya primera lectura supusiera una revelación indescriptible, más allá de lo esperado y lo comprensible: Tres poemas secretos, de Giorgios Seferis, del cual os dejo este fragmento 4:
Ya hace años dijiste:
"Soy en el fondo una cuestión de luz".
Y ahora todavía al apoyarte
en los anchos omóplatos del sueño
incluso si te arrojan
al pecho adormecido del océano
buscas esquinas en las que lo negro
se ha desgastado y no resiste
a tientas vas buscando la lanza destinada
a perforar tu corazón
para abrirlo a la luz.
(trad. Isabel garcía Gálvez, Abada Ed.)
A Groucho le habría gustado Seferis, sin duda.
ResponderEliminarLos otros dos de la foto son unos impresentables ignorantes maleducados.
Nadie, búsqueles a ese par de ineptos un niño de cuatro años para que les recite el poema en cuestión, como idea no está mal.
Y a Groucho le complacería.