domingo, 15 de abril de 2012

τα μάτια της Πηνελόπης (Los ojos de Penélope)


"-¿Te has dormido, Penélope, y tienes tal pena en el ánimo?
Sabe, pues, que los dioses que viven dichosos no quieren
que solloces ni penes..."

"Y del sueño la hija de Icario
despertó, y se sintió el corazón renacer de esperanza
porque claro le fue entre las sombras nocturnas el sueño."

4 comentarios:

  1. El viento en Ítaca

    Sentada ante su bastidor, ella fue dueña
    del lentamente desastroso Imperio de los días.
    Sus manos la pesada tarea asumieron
    y una constancia más fuerte que el cansancio
    junto a ella se sentó.
    (Frente a la terquedad de su dedos fabriles
    el mar entonces fue sólo una gota mesurable
    y el horizonte un mirador en torno a Ítaca.)
    Un viento de regreso silbó una madrugada:
    despertar fue asomarse a un campo de batalla asolado.
    La luz fue descubriendo la figura sentada
    que acariciaba compasivamente la tela dactilar,
    su patrimonio de trabajo y de horas,
    sus madejas de canas.
    (Una costumbre de quietud
    y una tristeza como un perro a sus pies
    la rodearon de silencio.)
    Lejos resonaba la voz, la voz de Ulysses.
    Frente a su bastidor, desesperadamente,
    ella intentaba recordar un nombre,
    sólo un nombre:
    el que gritaba Ulysses por las calles de Ítaca.

    Francisca Aguirre

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    1. Gracias por darme a conocer este y tantos otros poemas, M. T., un hermoso regalo.

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  2. Hermosos ojos los de Penélope, sin duda.

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    1. Para hermosos ojos, los de E. y A., María.

      (Penélope)

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