jueves, 7 de junio de 2012

Sufismo

Ayer a última hora de la tarde, asistimos, en el incomparable marco de la Casa Asia de Barcelona, a la doble presentación de la edición castellana de Sufismo (libro escrito por el islamólogo y especialista en mística sufí Halil Bárcena, y previamente aparecido en catalán en 2008, también a cargo de la editorial Fragmenta), y del CD de música sufí editado por el mismo Bárcena y el grupo 'Ushâq.

La verdad es que desde esta modesta bitácora no podemos más que declararnos maravillados (anonadados sería, de hecho, la opción lingüística idónea) por un acto que nos ha parecido una hermosa lección de sincera y humilde espiritualidad. Así, tras una breve introducción por parte del director de Casa Asia y el editor de Fragmenta, daba inicio la sesión con la ejecución de algunas piezas incluidas en el CD. A la extraña musicalidad que a nuestros occidentales oídos suponen los timbres de instrumentos como el ney (un tipo de flauta) o el rebáb y el 'ûd (ambos instrumentos de cuerda), se han unido un par de danzas giróvagas, una de ellas realizada por el escritor. Piezas de reconcentrada intensidad, en las que ejecutantes y danzantes buscan experimentar esa gozosa armonía que surge del nuclear encuentro entre interioridad y exterioridad.

Más adelante ha sido el turno de la palabra, iluminada desde un enfoque multidisciplinar enriquecedor. Así, a la interesante exposición inicial del teólogo y antropólogo Xavier Melloni, centrada en el encaje de la mística dentro de los respectivos sistemas religiosos y en la sociedad contemporánea, han seguido el resumen que de las líneas axiales del libro ha hecho el poeta Manuel Forcano, o la reveladora intervención de la instrumentista Leili Castella, centrada en la metáfora del rebáb como elemento de comunicación de los mundos mineral, vegetal, animal y, por supuesto, humano. Era el turno de Halil Bárcena, que con encomiable afán didáctico ha desgranado su visión de la experiencia sufí como centro, núcleo y cumbre, conceptos clave para consolidar un distanciamiento crítico de las trampas y espejismos del pragmatismo ramplón, paso previo al asalto, a la apertura, a la verdadera realidad. Hacia el final de su intervención, Bárcena cifraba el desinterés de amplias capas de la población mundial por los sistemas religiosos mayoritarios en el desconocimiento por parte de estos de la propia tradición -especialmente, los márgenes más heterodoxos-, en su ausencia de espíritu autocrítico y escéptico, y en la incapacidad de articular discursos acordes con la modernidad. Su propuesta final abogando por una espiritualidad basada en las corazonadas y la inspiración, en la cordura nacida del cordis como cálida cordialidad, nos seguían acompañando bastantes minutos después de abandonar la sala.

Os dejamos un fragmento correspondiente al libro que, por razones evidentes, ha golpeado profundamente en el ánimo de Nadie:

La metodología espiritual del sufismo podría resumirse en una sola palabra: dhikr, que quiere decir, antes que nada, el acto de (re)cordar, esto es, de reconducir algo de nuevo al cordis, al corazón. Todo en el sufismo es memoria, nos recuerdan [...] los propios sufíes. La vida se vive hacia delante, pero se comprende hacia atrás. Los espirituales sufíes son, así pues, hombres y mujeres que recuerdan lo que realmente son, que han tomado consciencia clara de su nada ontológica, que se saben alejados de la unidad primordial y anhelan retornar a ella. [...] los sufíes persas hicieron de la metáfora del exilio (gurba) y el retorno su tema predilecto. Todo el sufismo persa gira en torno a dicha dialéctica, separación y retorno. Se trata de una parábola sobre el exilio y las profundas emociones que lo acompañan, como, por ejemplo, el dolor de la separación, la nostalgia del lugar de origen perdido y el anhelo de un retorno jamás completado del todo en vida. El pasaje literario más emblemático de lo que decimos es el llamado nay-namé o 'canto del nây [...] de Rûmy [...], en el el nây -la flauta derviche de caña, metáfora del ser humano escindido y exiliado- se lamenta de la separación de su patria de origen:
              
              Escucha el nây y su historia. Él se lamenta de la separación:
              Desde que me cortaron del cañaveral, a través de mis sonidos
              se ha lamentado hombres y mujeres. yo busco un pecho
                    desgarrado por la separación
              para explicarle el dolor de mi anhelo.
             Quien vive lejos de su origen, añora el instante del retorno
                    a la unión.

4 comentarios:

  1. Publicado en: http://www.informamemas.com/2012/06/sufismo.html
    Un saludo

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  2. Yo diría que el paradigma científico ha condenado no ya solo a la teología, sino a la filosofía que no se fundamente en la ciencia, al ostracismo del baúl polvoriento de la metafísica, de la irrealidad, de los sueños. Y los sueños, sueños son.

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    1. Limitarse a una noción del pensamiento y del conocimiento tan solo fundamentada en la ciencia, puede suponer a la larga no ya el prescindir de la religión o el 95% por ciento de la filosofía, sino de incluso otras formas de conocimiento como pueden ser el arte, la música o la literatura. No me imagino la triste aridez de una existencia humana sin todos esos sueños (ni seguramente, tú tampoco a juzgar por la claridad de tu comentario y la conocida cita literaria con la que rubricas tu reflexión). Un cordial saludo.

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  3. Fue ciertamente impresionante ver girar a los dos derviches. Hipnotizante y muy bello.

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