domingo, 17 de junio de 2012

Himno de los mineros

Todavía no habíamos tenido ocasión, en 20añosnoesnada, de reflexionar alrededor de la huelga, la lucha, que unos 16.000 mineros de las cuencas de Asturias y León, entre otras, mantienen contra los planes del des(Gobierno) de (una vez más, incumpliendo acuerdos previos, en este caso las ayudas al sector), despojar a aquellos no sólo de su puesto de trabajo y de una manera de vivir y entender la existencia (como sucede en estos casos en que la actividad económica está enraizada en la zona desde varias generaciones atrás), sino también de su futuro y del de sus hijos. De hecho, en palabras del consejero de Economía y Empleo de Asturias, Graciano Torre, "el conflicto no se refiere a un convenio colectivo o a unas mejoras sociales, sino a la supervivencia social y económica de amplios territorios de Asturias y de España y a las expectativas de vida de muchas personas".

Existen tres poderosas razones que nos han impulsado a hacernos eco de las movilizaciones. En primer lugar, el drama social y existencial asociado a una nueva felonía de este des(Gobierno). En segundo lugar, el escaso seguimiento por parte de la prensa, más centrada además en buscar la imagen por la que el lector medio pudiera asociar a los manifestantes con la kale borroka que en informar de los porqués o destacar los valores de solidaridad netamente existentes. En tercero, el valor simbólico de una situación desgraciadamente habitual ya en todos los sectores productivos y franjas de edad de este país, pero que no esta vez no ha sido aceptada con resignación por los trabajadores afectados, sino plantando cara a la injusticia.

Por otra parte, nos impresionaron las muestras de apoyo por parte de colectivos de mineros de diversas cuencas del mundo. Especialmente la del Unión Nacional de Mineros del Reino Unido (simbolizada en la imagen que ilustra la entrada). No en vano, los mineros británicos fueron el primer gran escollo que tuvo que vencer esta hidra de cien cabezas que es el neoliberalismo salvaje surgido en los ochenta de la mano de depredadores impenitentes como Margaret Thatcher.

Celebrada como la primera gran victoria del nuevo orden económico mundial, esta lucha sin cuartel dio inicio en marzo de 1984 y finalizó un año más tarde. Thatcher, que se sentía fuerte después de la victoria de Malvinas y una en cierto modo inesperada contundente victoria electoral, decidió lanzarse a por el "enemigo interior" (los sindicatos de la minería). Para ello no dudo en reformar legislaciones, permitir la actuación policial hasta sobrepasar el límite de la represión, y recabar el apoyo de la población a partir del vergonzoso apoyo mediático y el silencio oficial del Partido Laborista. Thatcher no sólo eliminaba al sector más socialista del laborismo, sino que establecía una verdadera revolución (o mejor dicho, involución) en las relaciones laborales y sociales, muy acorde con esa famosa pamema de "la sociedad no existe", en aras de una libertad del individuo, la propugnada por el liberalismo de raíz thatcheriana, de la cual hemos tenido sobradas "muestras" -especialmente en el seno de las empresas- en las últimas décadas.

El resultado de aquella lucha desigual permite una lectura aplicada al actual conflicto en Asturias y León, pero también a mas gran escala, a la crisis mundial en la que estamos instalados: miseria, desarraigo, marginación y delincuencia. Algo, por supuesto, bastante alejado de la tan cacareada libertad del individuo. Pero también hay otra lectura, mucho más importante que no debería caer en saco roto: la resistencia al límite nacida de la camaradería: la solidaridad, una vez más presente en esas muestras de apoyo de esta semana, y que, permitidnos rebozarnos en nuestra ingenuidad, echamos de menos en esta "desigual unión de individuos" que se está dejando depredar y empobrecer por estos hijos de Thatcher. Viendo los resultados de las elecciones griegas, es fácil llegar a la desazonadora conclusión de que esta crisis no es la derrota final del capitalismo más despiadado, víctima de sus propias contradicciones, sino de su triunfo definitivo. Nos negamos. Preferimos entregarnos al visionado (al menos mientras no llegue la revolución) del esperanzador último programa de la serie Salvados"Reiniciando España", en el que se analizaban otras maneras igualmente actuales de entender las relaciones laborales, económicas y políticas.

Aunque con un día de retraso, si hoy es domingo, esto es ALGO MÁS QUE RUIDO, dedicado hoy merecidamente al himno de los mineros, En el pozo María Luisa, también llamado Santa Bárbara Bendita. Vaya desde estas páginas nuestro apoyo a su lucha, como trabajadores y como nietos de asturianos.

                                               



Asimismo, os dejamos este enlace a la carta abierta de Juan José Fernández, minero asturiano, de la que se han hecho eco algunos blogs: http://www.tercerainformacion.es/spip.php?article38448

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