Bueno, pues henos aquí, contando las horas, los minutos, en plena cuenta atrás ya, esperando el momento en que nuestro ínclito registrador de la propiedad tenga el valor de dirigirse a su pueblo, o en su estilo cobardón habitual, envíe alguna nota a la prensa o, peor aún, se la pase a algún comentarista deportivo para que, entre gol y gol, como quien recrea cualquier banalidad, nos la metan doblada con el rescate criminal de marras.
En cuanto a nosotros, como podéis comprender, se nos hacen los dedos huéspedes esperando el tsunami. A medio camino entre el tembleque, la indignación, el cachondeo mordaz o la indiferencia futbolera, se suceden los episodios de angustia con flotador incorporado, las rasgaduras de vestiduras o el entrenamiento de tiro al dardo sobre la efigie de Rajoy. Y todo ello mientras no paramos de darle vueltas a cómo contribuir a hacer realidad el fantástico vídeo de la gente de Izquierda Unida que posteamos ayer. Pero mientras no llega tan feliz momento en que el miedo se vuelva contra mercados, banqueros, peperos y algún que otro sociata, hoy es sábado, y si esto es sábado, esto también es ALGO MÁS QUE RUIDO y su decimoquinta entrega, dedicada a Blur y, concretamente a su tema "Popscene".
No es que, mucho nos tememos, quede mucho por decir de este interesante combo que, junto a Oasis, se llevó la mayor tajada del pastel del pop británico de los noventa. En la "batalla" que se desarrolló entre ambas formaciones, en gran parte auspiciada por la avidez de los medios de comunicación, hubo más de pugna por conseguir un mayor porcentaje de adoración fanática y business que no de sana competencia musical al estilo de las que en los sesenta protagonizaran Beatles, Stones, Kinks, Who, Animals, Yardbirds, etc. Lo cual, por supuesto, no quiere decir que el producto no tuviera calidad suficiente.
De hecho, al respecto de Blur, cabe decir que no sólo fueron capaces de leer, interpretar y plasmar con originalidad las inquietudes, ilusiones y desengaños de sus coetáneos, sino de hacerlo desde el respetuoso homenaje a las raíces, a los grandes momentos y monumentos del pop-rock británico (los grupos anteriormente mencionados, Bowie, punk rock, Jam). Y todo ello, rubricado por unos textos caracterizados por su inteligente ironía, no exenta de cierta complicidad ajena a adulación.
"Popscene", una de las primeras canciones que recibió la luego manida hasta la extenuación etiqueta de britpop, contiene mucho de ello. No en vano, se plantea, por un lado, desde un juego de intenciones de indisimulado doble filo (¿deseo de épater le bourgeois, a papá y mamá?, ¿autoparodia?) al respecto de la propia juventud de la que el grupo forma parte ("And everyone is a clever clone. A chrome-covered clone am I. So in the absence of a way of life just repeat this again and again and again"); mientras que, por el otro, nos anticipa la rotundidad de su propuesta musical. Energía en estado puro, en un vídeo sin concesiones que supo interpretar a la perfección toda la potencia aún embrionaria de uno de los grupos fundamentales de las últimas dos décadas.
Enlace: http://www.youtube.com/watch?v=Wwl1isXJ57M&playnext=1&list=PL5ED5666D46912B45&feature=results_video
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