Ha sido justo en ese momento en que la escala Mercalli de nuestra desidia estaba abandonando el valor IX en incontenible crescendo, cuando ha llegado a nuestras atiborradas orejas los rumores de un antídoto, el cuchillo blandiéndose amorosamente en la pulpa, esta cayendo sin más estrépito en el agua en ebullición, mientras el cucharón daba vueltas sobre la mixtura. Y ha sido en ese instante en que hemos vuelto a dar gracias a la vida y a la muerte, al cielo y al infierno, a dios y a la partícula, a los Beatles y a los Rolling Stones, a Rajoy y a... no, a Rajoy, jamás. Porque sabíamos lo que nos esperaba, unos cuantos desayunos y meriendas disfrutando de la maravillosa mermelada de higos de Penélope. ¡SLUUURPS!
Como somos de aquellos que nos gusta compartir lo mejor de la vida, os dejamos la receta. Ahora solo falta que tengáis la mano de la hermosa Penélope:
Ingredientes: 4 kilos de higos (aprovechad un día que estén de oferta, claro) y algo menos de medio kilo de azúcar por kilo, es decir, algo menos de 2 kilos. Limón al gusto (como por aquí gusta bastante ese punto ácido, se exprimieron tres), y jengibre, que deberemos rallar. Para que la mermelada espese se necesita pectina. Si no se tiene a mano, lo mejor es añadir tres manzanas sin pelar ralladas (dos o una si la cantidad de mermelada que se quiere hacer es menor).
Preparación: Se ponen los ingredientes en una olla a fuego lento (los higos, el azúcar, el limón y el jengibre) entre hora y media o dos horas (aunque con menos fruta no es preciso tanto tiempo).
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