el suyo es un secreto que, de tan insignificante, amenaza con devorarla al menor descuido. alojado en lo más profundo de su psique urbana, ¿cómo podría ocultarlo al escrutinio público?
el suyo es un enigma que escandalizaría a un espía, no hay secreto de estado, profesional o de alcoba equiparable. asaltada por sombras y voces imperceptibles, la aprensión y la suspicacia meten baza a sus espaldas, sacándole punta a cualquier indicio.
¿cuál es la fórmula de su secreto? ¿qué desajuste entre la culpabilidad, la mortificación y la vergüenza lo haría aflorar? dos faros hienden las valvas de la noche, un extraño fisga en los recodos más líquidos de su pasado. ¿por qué la acechan? ¿quién acentúa su dolor? mide tus pasos, no mires atrás, mantén la boca cerrada para no caer en una indiscreción.
años de silencio tras un muro de fotografías desvaídas, haciendo arte del propio engaño. aunque avanza entre los pasajeros del convoy con decisión, su cabeza rueda pendiente abajo. ante la general indiferencia, el bálsamo de la confidencia hormiguea entre sus labios...
-soy toda oídos.
Mucho me temo que en cada tumba yace uno, por lo menos. Un saludo cordial.
ResponderEliminarAfortunadamente para la literatura, experta en desentrañarlos, añadiría yo. Un cordial saludo, Gatopando.
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