lunes, 24 de marzo de 2025

uroboro

Imágenes cortesía de Iseo y Alma Estela M.-M.
lo recuerdas con claridad, como si los años no hubieran hecho su estrago, con el cabello tozudamente alborotado, aquel que ambicionabas ser, y que ahora evocas con la ácida indulgencia del anhelo incumplido, fue apasionante vivir en la imaginación un remedo de la gloria ajena, ensayar ante el espejo poses y gestos calcados de las revistas, apropiarse de atuendos y sonrisas oblicuas, improvisar entrevistas con respuestas para la posteridad, cotejando tu juventud con la de tus ídolos, en la feliz certeza de una nueva conjunción astral, listo para asaltar tradiciones, límites, corazones, habitaciones de hotel, dejando pasar todos los trenes de largo para no traicionar tu destino de artista maldito.

el plan era perfecto, solo siendo otro conseguirías ser tú, lástima que ignoraras que las leyendas no solo se alimentan de sueños despiertos y echaras más horas alardeando en los garitos que cultivando tu talento en el taller o el local de ensayo, o que nunca prestaras atención a la frecuencia con que la rueda de la fortuna salía invertida cuando la dulce Hécate te echaba el Tarot en su altillo. más diestra como amante que como vidente, tampoco ella supo predecir que, en vuestros escarceos de colgado y emperatriz, había de ser la carta del embarazo la que acabara por romper la baraja.

sin que nadie te presionara, te alejaste de escenarios, lecturas y exposiciones, malvendiste caballete y guitarras, cerraste las escotillas a tus fantasías y te sumergiste en la cruda realidad del común de los mortales: servir copas, vender a domicilio, asistir a cursos, cuadrar balances, pasar una oposición. converso recalcitrante, afrontaste cuantos círculos del infierno se abrían a tu paso (particularmente cenagoso resultó el integrado por recibos, facturas y tributos varios). atónita ante tu radical ecdisis, entre toma y toma de pecho, Cate se las veía y se las deseaba para conciliar tu nueva jerga (responsabilidad, mérito, tocar de pies en el suelo, encajarcon el recuerdo de una existencia más improvisada y un erotismo menos convencional.

pero la estabilidad no se tradujo en equilibrio, los planes se volvieron planos y las horas, rígidos horarios en los que nada te llenaba por más que te ocupara el día entero. a falta de ambiciones, te enredaste en las de otros por no dejar de ser tú. a veces te llegaba algún eco del pasado: uno al que le había sonreído la vida, otro que había dejado un bonito cadáver. al menos Cate y tú fuisteis lo bastante honestos como para, una vez ahogado el cariño por intoxicación de tedio, soltar lastre sin necesidad de abocaros al engaño, la bronca o los celos. a partir de ahí, las imágenes se agolpan confusas: agendas de las que se borran contactos, polifonías de silencios culpables, una segunda juventud igual de errática que la primera, se filtra poniente por las grietas de tu alma herida, el piso se hace tabuco, ropero donde alienta el deseo de no volver a pisar la calle, es comprensiva la mirada de la doctora mientras rellena el parte de baja y te aconseja que anotes en una libreta las cosas que te estimulan...

llegados a este punto, exiges que me ciña a los hechos sin que me deje llevar por el oficio ni la moralina a la hora de diseccionar tu sentir, y sobre todo sin prestar oídos a esa supuesta complicidad con las veleidades artísticas de tu hija (¿acaso no te desgañitas pregonando tu desconfianza hacia la tropa con la que se mueve y lo que te cuesta entender que desperdicie su talento en performances tan perturbadoras?) meras maniobras de distracción para no reconocer que, viéndola en acción junto a su madre, no solo te emocionaste con los aplausos, sino que en medio del torbellino de versos, acciones, sonidos e imágenes, estuviste muy cerca de reconciliarte con aquel que jamás fuiste.

2 comentarios:

  1. Qué bueno, Nadie, qué bueno. Casi se me pasa, entre que últimamente desconecto de las redes por temporadas y que ya no se anuncia en Twitter... De lo mejorcito que le he leído y es que, claro, en alguna medida me siento apelado, concernido. Y ya la aparición de la hija, del hijo en mi caso, lo remata. Si lo sube a tuiter, lo reblogueo, quién sabe, a lo mejor alguien lo lee. Me ha encantado, le felicito.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La verdad es que me prodigo poco por la red del pajarito desde que lo desplumaron, pero en atención a su cordial invitación, acabo de subir el enlace. Gracias una vez más por sus amables palabras. No recuerdo de dónde vino la inspiración de la entrada, pero tengo detectado que, de una forma hasta cierto punto inexplicable, últimamente algunos de los textos tienen un marcado acento generacional que espero que no resulte de un moralismo excesivo. Un cordial saludo.

      Eliminar

Ruleta rusa

  • atardecer entre rejas
  • los silencios de Iseo
    Imagen cortesía de Iseo y Alma Estela M.-M. a la rubia Iseo ¡...si supieras cuánto envidio tu…
  • La herida de Penélope
    Musisz opiewać okaleczony świat. Patrzyłeś na eleganckie jachty i okręty; jeden z nich miał przed sobą…
  • el alba de Penélope
    Imagen cortesía de Penélope Elle est retrouvée! Quoi? l'éternité. C'est la mer mêl'ee Au…