jueves, 30 de julio de 2015

rediós

(si bien, según recogen otras fuentes, más desconcertante fue, si cabe, para el protagonista de la entrada anterior, advertir el día de su marcha del monasterio, en el mismo lugar en el que le había sobrevenido la supuesta visión divina, la inexplicable aparición de un plato de loza de inmaculado color blanco con una hermosa tortilla de dos huevos, de un amarillo oro tan vivo que poco podía envidiar a la cabellera de Venus surgiendo de las aguas en toda su esplendente desnudez.
huevo y mujer: germen, matriz, fuentes de lo real. tal el silencio.)

2 comentarios:

  1. Habrá quien le intente convencer de que su arrebato viene inspirado por el hambre pero ya le digo, Nadie, que los huevos tienen la clave. Conviene saberlo, sobre todo en tiempos de zozobra. Me alegra mucho saber que ambos hemos accedido a la verdad última por distintos e insospechados caminos.

    Un visionario saludo.

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    Respuestas
    1. Sí, menos austeridad y más huevos, no otro es el camino.

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