bat, bi, hiru, lau, ni la mirada atrás ni el pejiguero forever young: aurrera, beti aurrera! hacia el vacío, que no es nada, aunque se antoje todo.
bajar del tren y darse de bruces con el desarbolado casco nocturno de la que fuera estación del Norte y la puerta de Brandemburgo a la deriva, desangelada superviviente del naufragio de encuentros y adioses. ¿aflorará de nuevo el pasado, traicionero o alentador, al cruzar el puente de María Cristina? una para el camino, otra por los viejos tiempos: de zurito en zurito por Fermín, Puerto y la Consti hasta recalar en el Txiki, banderas y bufandas blanquiazules, la Real quemando sus últimos cartuchos, chuta Górriz en semifallo, le llega a Zamora, ¡gol! ¡gooool! Reala txapeldun!, buses cruzados ardiendo en el Boulevard, cargas y pelotas de goma, hilda dago poesia?, fondear en la Jarana para contagiarse de la bonhomía de Txuntxun y Miren o perderse como minotauro en los laberintos de Koro.