He apandado de otro blog esta imagen para mí desconocida de Stephen Dedalus con pose pirata / princesa de Éboli. La verdad es que mola.
Por cierto, en esta autoimpuesta prisión en que he convertido este sábado (a pesar de la tentadora atmósfera preprimaveral), el único descanso para la mirada es la estampa, a través del vetusto ventanal, de una ingrávida, decadente y hermosa manzana interior en la que destacan sobremanera un andamio destartalado y un orgulloso ciprés (¡qué precisa, bella y cruel metáfora de la vanidad de este país!, estimado Dedalus).
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Ruleta rusa
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(...si es que lo pones a huevo...)
ResponderEliminarEL CIPRÉS DE SILOS
Enhiesto surtidor de sombra y sueño
que acongojas el cielo con tu lanza.
Chorro que a las estrellas casi alcanza
devanado a sí mismo en loco empeño.
Mástil de soledad, prodigio isleño,
flecha de fe, saeta de esperanza.
Hoy llegó a ti, riberas del Arlanza,
peregrina al azar, mi alma sin dueño.
Cuando te vi señero, dulce, firme,
qué ansiedades sentí de diluirme
y ascender como tú, vuelto en cristales,
como tú, negra torre de arduos filos,
ejemplo de delirios verticales,
mudo ciprés en el fervor de Silos.
Gerardo Diego