lunes, 12 de agosto de 2024

fisuras

Imagen cortesía de Alma Estela M.-M.

3, 2, 1, cae la noche y, una vez libre de obligaciones, retoma su rayuela dactilar sobre las teclas, la infructuosa pero irrenunciable escaramuza con la realidad y los meandros de la mente, experimentada con el ímpetu de una adicción. sin apenas lectores ni ambición de publicar, ¿qué le impele a escribir? ¿acaso la excitación de los raros instantes en que cree haber alcanzado algún íntimo reto creativo (un embeleco pronto cortado de cuajo, antes que interfiera en su anodina -mas complacida- existencia)? lo cierto es que, con inapelable ahíncola escritura aflora del vacío y le incita a estirar del hilo y transformarlo en pábilo de una llama en la que, luna tras luna, se extingue y renace.

fisuras (cuando todo salta por los aires). ¿para qué continuar haciéndose el fuerte? ¿por qué seguir escupiendo sarcasmos a cuantos le salen al paso? ¿cuántas vueltas ha de dar la rueda del dolor hasta saciar el suyo propio? ¿por qué no ahondar en la apatía como un juguete roto, rodando por una cuesta de sensaciones tan culpables como tentadoras? ¿acaso recularía ante el temblor de su imagen sobre la superficie del agua?

Ruleta rusa