se repetía
(con la cabeza gacha
y el entrecejo armado)
que era falso que
quien mordía el polvo
una y otra vez
se acostumbrase
a la derrota.
que incluso
como coartada estética,
solo un cínico
-o un narcisista compulsivo-
podía arrogarse
el estigma del perdedor.
así que jugaba sus cartas
sin pesar ni furor,
por inercia, sin pasión.
apurando auroras
vaciadas de tiempo.
en espera de que,
agotada la racha,
se cerniera la oscuridad.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Ruleta rusa
- "Sí, a veces la puerta ha empezado a abrirse..." (Julio Cortázar, "El…
- abandonó la oficina mediada la mañana. había devorado la novela sin haber previsto otra de repuesto, y los…
- Imagen cortesía de Noemí Montetes-Mairalno es nada serio, quizá otro nocturno indoloro incoloro, con su…
- Ahí los tenéis, a Boi Ruiz y Josep Prat, tomando posiciones ataviados de bandoleros frente a una farmacia del…
Hace tres días ya que llevo leyendo La mano del perdedor. Es muy buena y por ello efectiva en acrecentar la sensación del Winter Blues. Uf. La foto también está a tono. ¿Lo peor?, que ya no quedan arrestos para ir de farol.
ResponderEliminarUn saludo cordial
Muchas gracias por sus palabras y por sus comentarios en general, que muchas veces he tomado como interesantes ampliaciones de cuestiones que a mí mismo me pasaban desapercibidas en el momento de la escritura. Por cierto, al respecto de esta cuestión de los límites de la percepción, le invitaría -si es que aún no lo ha hecho- a recordar el argumento del "Blow-up" de Antonioni y ponerlo en práctica en la fotografía que ilustra la entrada. Un cordial saludo.
Eliminar