Imagen de Iseo M.-M. |
autumn in New York, la Costa Brava en verano, castells a la plaça, sardanes a la planxa. callejeo por la baraja de la vida esquivando tahúres y péndulos. no hay relato sin conflicto ni revolución sin villanos. rueda la luna llena por la ruleta de la serpiente. ¿con qué se apasiona la palabra cuando la carne ya no apetece?
golpe a golpe, lecho a lecho, el crucero de Caronte acrecienta su pasaje con su experiencia de eternidad inolvidable. no es un viaje que me obsesione, concentrado como estoy -alma de velcro, corsario de stories vicarias- en acumular likes lanzando clickbaits de sintaxis huesuda. aburrido, a veces me relajo mirando en la vitrina al peripatético que sueña caminos y extraña los parajes que jamás conocerá.¿la pecera? la monotonía y los chismes de siempre. que si la falta de espacio, la bazofia con que nos alimentan o lo infecta que está el agua por falta de limpieza. también los apareamientos recientes, la lisérgica contemplación de las burbujas en ascenso o los morosos aleteos entre corales, cofrecitos y columnas de pega, artificios que nos mantienen confundidos pero en forma. a veces uno cree despertar en una urna mayor con la ilusión de quien nada en el mar o anfibia por el ancho mundo. son solo fantasías, delirios inocuos, anzuelos de una pecera que no es acuario sino caverna.
Por no mencionar la escalada en el precio del alimento para peces. Que el año próximo conserve y, si es posible, acreciente aún más su inspiración. Felices fiestas, Nadie.
ResponderEliminar¡Coño, pues es verdad, menudo despiste! ¡Y menos mal que, hoy por hoy, los peces no requieren gasolina, gasoil ni pilas!
EliminarFelices fiestas también para usted, Gatopando, y el mismo deseo de inspiración en su constante revelación de las grietas políticas de este país. Un cordial saludo.