martes, 14 de enero de 2020

la mano del perdedor

se repetía
(con la cabeza gacha
y el entrecejo armado)
que era falso que
quien mordía el polvo
una y otra vez
se acostumbrase
a la derrota.
que incluso
como coartada estética,
solo un cínico
-o un narcisista compulsivo-
podía arrogarse
el estigma del perdedor. 

así que jugaba sus cartas
sin pesar ni furor,
por inercia, sin pasión. 
apurando auroras
vaciadas de tiempo.
en espera de que,
agotada la racha,
se cerniera la oscuridad.

2 comentarios:

  1. Hace tres días ya que llevo leyendo La mano del perdedor. Es muy buena y por ello efectiva en acrecentar la sensación del Winter Blues. Uf. La foto también está a tono. ¿Lo peor?, que ya no quedan arrestos para ir de farol.

    Un saludo cordial

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    1. Muchas gracias por sus palabras y por sus comentarios en general, que muchas veces he tomado como interesantes ampliaciones de cuestiones que a mí mismo me pasaban desapercibidas en el momento de la escritura. Por cierto, al respecto de esta cuestión de los límites de la percepción, le invitaría -si es que aún no lo ha hecho- a recordar el argumento del "Blow-up" de Antonioni y ponerlo en práctica en la fotografía que ilustra la entrada. Un cordial saludo.

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