resiste
que no te dobleguen
aunque sepas que jamás volverás a la vida
aguanta
sin tesón ni confianza
solo por el afán de encajar
un golpe, dos golpes, más golpes
sin olvidar -sin disculpar-
(insomnio interrogante, libro deshojado,
enésimo viaje al espejo reptil de la madrugada)
ni los pasadizos que te abrieron el laberinto
del fuego
ni el carrusel sensorial de las vanidades pasadas
ni los ojos de aquel que
después de venderte su alma
te acabo hurtando las manos
en tu descenso a las sombras...
Hacerse mayor es algo bien jodido, una estafa como le gusta decir a una amiga mía. Me veo tragando saliva confrontado con el espejo reptil de las madrugadas. Definitivamente no es la clase de poema que le apetece a uno leer el día en que cumple años pero nadie dijo que esto sería un paseo.
ResponderEliminarPor mi parte, qué decirle, seamos transgresores, no solo con las normas, sino también con nosotros mismos y los espejos reptiles. Así que reciba mis felicitaciones, que lo celebre por lo más alto y, por supuesto, que brinde con un sonoro "cent'anni"...
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