pasajera metódica, aprendiste a lidiar con retrasos, apreturas, averías y descarrilamientos. las prisas no iban contigo, así que te dejaste engatusar por la discontinua partitura de andenes, túneles y cambios de agujas, dejando espacio para la lectura, la taciturna camaradería de los tragos a gollete o algún amor de vía muerta. nunca contemplaste pagar billete, pero te manejaste con acierto en el reto de esquivar al revisor.
el convoy supera el último recodo y raíles, traviesas y balasto se vencen a su más íntimo sueño. un gato negro eriza la cola entre los bultos, mientras el caracol que arrastra tu espejo aguarda expectante la resolución del enigma. en paz con todos los colores, cancelas tus ojos y te dispones a sentir el paisaje en un sfumato infinito, al fin consciente de que nada se detendrá en la estación término.
Tantos viajes que uno estiraría y estiraría ante el reparo que produce llegar a destino o sólo por el placer de permanecer en suspenso. Una curiosidad, ¿hay enlace con tren de Cercanías en la estación término? En tal caso, seguro que nos cruzamos por algún pasillo, vagón o andén. !A ver si nos reconocemos!
ResponderEliminarUn cordial saludo
Pues diría que ese detalle del enlace lo sabrá usted mejor que yo, pues la fotografía pertenece a la estación de Abando, tal como estaba a finales del XIX, creo recordar. En todo caso, seguro que más tarde o más temprano compartimos compartimento, vestíbulo o andén. Y, por supuesto, nos reconoceremos.
EliminarVaya, qué curioso. Ayer regresé de Bilbao donde pasé unos días desde una última vez de la que ya casi ni me acordaba. Esta vez no viajé en tren pero evoqué aquella otra en que sí lo hice. La visita ha sido como meter los dedos en un enchufe y quedarte placenteramente chamuscado. Ah, la estación en cuestión está en el céntrico barrio de Abando, del que recibe su nombre y yo tantos recuerdos.
ResponderEliminar!Feliz travesía ferroviaria! (la doy por hecha)
Curiosamente, en mi caso, el último viaje largo en tren fue a Donosti. Tiempos prepandémicos. La próxima vez intentaré que algún cambio de agujas me conduzca hasta Bilbao. Feliz travesía también.
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