L5, lunes, 7.30 de la mañana. adormilado sobre el duro banco, contempla a otros correr y apretujarse. parte el convoy. en sus oídos se desliza el estribillo de "Eleanor Rigby".
L5, martes, hacia la misma hora. intenta capturar la imagen del subterráneo océano de silencios en movimiento...
L5, miércoles, 7.55, con el andén atestado. a su lado, un androide y un alienígena critican la actuación arbitral en el partido de ayer. podrá cambiar la estética, jamás la ética.
jueves, 7.25. en el corto espacio del transbordo entre la L1 y la L5, cruzan por su mente -extrañamente libre hoy de sus obsesiones más a mano- un fragmento de Rayuela dibujado en el aire por Monk, el truculento caso de Hildegart Rodríguez, la certeza de que la tecnología acabará matándonos por puro romanticismo... la evocación del tacto de una piel y de su voz quebrada le activan una incipiente erección.
viernes, 9 y cuarto, con 39 de fiebre, su mujer le despierta para decirle que acaban de llamar del trabajo... luego recuerda que ella voló hace tiempo, convertida en pájaro atardecer. entre la percepción, la reflexión y el olvido se agazapa la indócil verdad del sentimiento: añoranza de la L5, de los demás náufragos aletargados, que jamás notarán su ausencia. son -como él- pasajeros, gotas de tiempo reproducido. en un metro que no es unidad de longitud, sino de tiempo: de su circularidad y su arritmia, su necesidad y su sinsentido.
lunes, 8 de la mañana, en el balcón de casa, viendo las tenues nubes pasar. estar fuera del metro es estar fuera del tiempo, renunciar a él, animarse a desmigarlo con la vida o el tedio más infatigable.
(Con L5, justo el día en que cumple 5 años, 20añosnoesnada alcanza la entrada número 500.)
L5, martes, hacia la misma hora. intenta capturar la imagen del subterráneo océano de silencios en movimiento...
L5, miércoles, 7.55, con el andén atestado. a su lado, un androide y un alienígena critican la actuación arbitral en el partido de ayer. podrá cambiar la estética, jamás la ética.
jueves, 7.25. en el corto espacio del transbordo entre la L1 y la L5, cruzan por su mente -extrañamente libre hoy de sus obsesiones más a mano- un fragmento de Rayuela dibujado en el aire por Monk, el truculento caso de Hildegart Rodríguez, la certeza de que la tecnología acabará matándonos por puro romanticismo... la evocación del tacto de una piel y de su voz quebrada le activan una incipiente erección.
viernes, 9 y cuarto, con 39 de fiebre, su mujer le despierta para decirle que acaban de llamar del trabajo... luego recuerda que ella voló hace tiempo, convertida en pájaro atardecer. entre la percepción, la reflexión y el olvido se agazapa la indócil verdad del sentimiento: añoranza de la L5, de los demás náufragos aletargados, que jamás notarán su ausencia. son -como él- pasajeros, gotas de tiempo reproducido. en un metro que no es unidad de longitud, sino de tiempo: de su circularidad y su arritmia, su necesidad y su sinsentido.
lunes, 8 de la mañana, en el balcón de casa, viendo las tenues nubes pasar. estar fuera del metro es estar fuera del tiempo, renunciar a él, animarse a desmigarlo con la vida o el tedio más infatigable.
(Con L5, justo el día en que cumple 5 años, 20añosnoesnada alcanza la entrada número 500.)
Felicidades, Nadie.
ResponderEliminarFelicidades, 20añosnoesnada.
Esperemos que sigas muchos lustros más a nuestro lado.
Muchas gracias a usted por haberme seguido desde el primer día.
Eliminar¿5 años? !Muchas felicidades, 20 años no es nada!
ResponderEliminarhttps://youtu.be/5-ceR9az3dk
¡Menudo regalo! Hay pocas aperturas de álbum tan aparentemente simples y, sin embargo, profundas y emblemáticas, como "Five years". ¡Muchas gracias por el detalle, Gatopando, nos vemos en su blog!
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