Miles Davis, durante las sesiones de grabación de Kind of Blue |
a Martín Medrano, que me presentó a Miles
con un nudo en el estómago, incapaz de tomar bocado, se tiende sobre la colcha, mientras la lluvia arrecia contra la persiana. deja caer la aguja y los compases iniciales de "So What" extienden su benévolo abrazo. el diálogo entre Chambers y Evans –intensificado por la memorable réplica de la sección de viento– y el destemplado golpe de crash de Cobb abren la senda al fuego ensimismado de Miles, mientras en su mente se suceden en vertiginosas idas y venidas fantasmas del deseo, el desengaño o la incertidumbre, de los miedos dispersos y las pequeñas ruindades cotidianas, hoy tan crudamente contiguos al corazón, que amenazan con desgarrarlo para siempre.
melancolía. azul melancolía al desnudo. la mirada topa con el teléfono móvil. no hay mensajes. con el comienzo de "Blue in Green", una súbita quietud se apodera de la estancia.