"Escuchad. Estoy solo. Necesito un poco de amor. Vamos. Necesito divertirme. Quiero un poco de amor. Amor. ¿Nadie va a querer mi culo? Venga. Os necesito. Sois muchos y ninguno de vosotros quiere amarme. Venga, cariño. Lo necesito, te necesito, te necesito. ¡Venga! ¿Nadie va a subir aquí a amarme? Está bien, chica. Es una lástima. Ya me buscaré a otra. ¡Sois todos una pandilla de jodidos imbéciles! ¡Dejáis que la gente os diga lo que tenéis que hacer! Dejáis que la gente os pise. ¿Cuánto tiempo vais a dejar que os pisen? Tal vez os guste, tal vez os guste que os ensucien la cara de mierda... ¡Sois una pandilla de esclavos! 'Los días de fiesta han terminado, nena. / La noche se acerca.' No estoy hablando de ninguna revolución. No estoy hablando de salir a la calle. Estoy hablando de divertirse. Estoy hablando de bailar. Estoy hablando de amar a tu vecino. Estoy hablando de abrazar a tu amigo. Estoy hablando de un poco de amor. Amor, amor, amor, amor. Abraza a tu jodido amigo y ámale. ¡Veeeenga! ¡Sí!"
"Creo que estaba harto de la imagen que la gente tenía de mí, a la que yo ayudé, a veces conscientemente, pero la mayoría de las veces sin saberlo. Se me estaba haciendo insoportable, y terminé con aquello en una sola y gloriosa noche. Supongo que todo se redujo a decir al público que eran una pandilla de jodidos idiotas por formar parte del público. ¿Qué estaban haciendo allí? El mensaje básico era que se dieran cuenta de que no estaban allí para oír un puñado de canciones tocadas por buenos músicos. Estaban allí por algo más. ¿Por qué no admitirlo y hacer algo al respecto?"
(James Douglas Morrison, poeta, fragmentos extraídos de Jim Morrison: De aquí nadie sale vivo).
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