les mots en quelque sorte, jamais dans la réalité.
(A. Camus)
doctor, no se ande con rodeos, ¿cuánto tiempo me queda? mi vida es una mentira a la caza de la verdad y ya he colgado mi pellejo en las puertas del infierno, sí, mientras dormía, se le veía tan demacrado, al menos no sufrió, el tío más celoso sobre la capa de la tierra, y yo, como un perrito faldero, siempre detrás de él, total, que de un día para otro va y me dice que ha conocido a otra más joven, que haga la maleta y me largue, dime tú si no es para matarlo, ya está aquí la policía, ninguna pista de quién lo ha hecho, póngase en pie el acusado, si no nos conceden el crédito, tendremos que bajar la persiana, anula la reunión, una avería en medio de la nada, y la puta grúa sin venir... ¿qué otra cosa puedo hacer si fuera del trabajo no encuentro motivación alguna? el viaje al desierto me ha transformado de arriba abajo, es como si al fin pudiera percibir la realidad desde dentro, en 3 meses nos vence el contrato de alquiler y no pinta bien, ¿pero cómo no lo viste venir? un taxista me dejó tirado y otro me salvó la vida, jamás olvidaré aquel beso junto al templo griego frente a la puesta de sol, la que te perdiste, la última juerga antes del apocalipsis, eres tan superficial, primero la muerte de mi padre, luego el accidente y ahora esto, ayer ni siquiera podía levantar el brazo, hoy comienzo la terapia y mi hijo solo trae problemas a casa, compóntelas tú solito, jamás creceré a tu lado, necesito una sacudida que me arranque de la rueda del hámster, es el tercer tío con el que me enrollo en la escuela, ¿no te has sentido nunca incitada a traspasar los límites de lo innombrable, de aquello de lo que te avergonzarías u horrorizarías de ti misma? céntrico, con mucha luz y piscina comunitaria, un dúplex de ensueño, el diablo está en el detalle, pero aquel día no me mordí la lengua, que caiga muerto aquí mismo si vuelvo a herirte, soy yo la que renunció a su carrera para apuntalar la tuya, te juro que solo hubo sexo entre nosotros, fue un momento de flaqueza, una cosa llevó a la otra, y entonces la abogada sacó a colación aquel estúpido wasap, ¿es espurio o espúreo? no estoy preparada para enamorarme de nuevo, pero me hace reír tanto, ¿a qué no adivinas dónde me he tatuado tu nombre? precisamente ayer pensaba en ti, me ha encantado volver a verte, estás estupenda, por supuestísimo, te llamo y quedamos...
extraños flirteando con su extrañeza, sombras esféricas coqueteando con la neurosis sobre el tapiz urbano de aulas, plazas, bares y centros de trabajo, en iluso equilibrio lingüístico entre sus sueños y sus emociones, mientras trampean con el ejercicio y la dieta, se desmelenan con bandas tributo, se ven reflejados en telenovelas de dudoso gusto y fingen interés cuando se reencuentran con el pasado, quizá en la esperanza de que algún azar los libere de la tronera y de una certera tacada los reintegre a la partida.
(entrada publicada en el decimotercero aniversario de 20añosnoesnada -y no, no somos supersticiosos-).
He necesitado varias lecturas, espaciadas, para captar, creo, el sentido del texto, los fragmentos o destellos de vida esparcidos como bolas de billar tras el golpeteo inicial con el taco (sí, la imagen me ha ayudado). Muy buen impoema, tanto la idea como su plasmación. Ah, y felicidades por el aniversario, don Nadie.
ResponderEliminarGracias por su atenta lectura, el elogio y la felicitación. Es justo eso que anota, como también el hecho de que se ha procurado ser lo más tópico y coloquial posible, en la idea de que también las palabras son bolas numeradas de las que los jugadores vamos disponiendo sin demasiadas esperanzas a lo largo de la partida de nuestra vida. Un cordial saludo, Gatopando.
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