Acontece, de Juan Genovés. |
Enyor lo temps que no pot ser cobrat.
(Ausiàs March)
aborta de raíz un par de esquemas previos para fiarlo todo al azar de las impresiones recogidas en lo alto del Micalet, Quart o Serrans, persuadido de que la primera mirada en su regreso a València ha de abrazar la de Juan Genovés, antes de anihilarse en el gentío reticular o el solitario zigzag de callejuelas y rincones inesperados; entre los puestos del Mercat o bajo la delirante pornografía de las gárgolas de la Llotja; en el palique de cafés y horchaterías o el noctívago jolgorio de las terrazas, consabido caballo de Troya del exilio vecinal.