the grass is always greener on the other side.
siempre supo que había nacido para vivir otra existencia, entiéndase bien, no el habitual anhelo de aventuras, fama o dinero, sino literalmente el de una biografía distinta a la suya, ese mero disfraz arbitrario, fingido y provisional. tampoco es que fuera una meta que la obsesionara, así que iba desgranando sus días discretamente, a la espera del momento en que se cumpliera su destino. una ocasión que comenzó a fraguarse -sin ella sospecharlo todavía- a la vuelta de las vacaciones, una vez confirmó que el piso contiguo volvía a estar habitado.