eufóricos
por haber hallado un rincón
«auténtico»
en el que asentar su rebeldía,
se dejaban llevar por el aroma, la luz,
el palpitar de las calles,
anhelando sentir como propias
la memoria o la utopía erigidas
por otros.
tardarían todavía algunos vermús
y un par de paseos en bici
en darse de bruces
con la realidad esquela
de lo que ya solo era
escenografía sin alma,
simulacro con ínfulas.
por haber hallado un rincón
«auténtico»
en el que asentar su rebeldía,
se dejaban llevar por el aroma, la luz,
el palpitar de las calles,
anhelando sentir como propias
la memoria o la utopía erigidas
por otros.
tardarían todavía algunos vermús
y un par de paseos en bici
en darse de bruces
con la realidad esquela
de lo que ya solo era
escenografía sin alma,
simulacro con ínfulas.
Bellísima la fotografía, Nadie. Y el texto. Gracias por ambos gestos de generosa y artística creatividad.
ResponderEliminarGracias por su comentario. Respecto a la fotografía, capta el "paisaje" con el que se encontró un buen amigo una mañana al levantarse y abrir el balcón: lo que quedaba del edificio de enfrente; una finca con vecinos de los de toda (o casi toda) la vida, que, tras un cambio de propietarios (de herederos a, según parece, un fondo de inversión), fueron paulatinamente "invitados" a "cambiar de aires" para no frenar una de tantas promociones de viviendas de "alta calidad" con las que se pretende la "transformación" del barrio y de la ciudad entera. Sin comentarios.
EliminarYa sabe cuál es mi predicción: la Tercera Guerra Mundial será entre turistas y nativos.
ResponderEliminarUn saludo cordial
Unos y otros vamos en camino de convertirnos en la fiel infantería de los traficantes de sueños y sus fieles legisladores. Eso sí, al menos con la llegada de la época estival siempre podremos escoger cambiar de bando. En fin, nos vemos en su blog.
EliminarPijolandia instala sus cuarteles *de mañana (o madrugada) para un futuro incierto pisando sobre pasado y gerentojubilando a quienes daban sabor a manzanas y almendras formando barrio...Luego, todo serán rechinar de dientes, pan de hoy y repetidores famélicos *del mañana
ResponderEliminarEspecula con el tiempo lector el médico que lee y entra en juego el malhechor, disfrazado de Noël, por su ventana disparando a diestro y siniestro. En el descansillo, entreplanta yace, hace tiempo, un anciano de frío gélido que vocifera lágrimas de salmuera pidiendo asilo dónde caer muerto.
Y se perderá la sapiencia de esos barrios al crearse mitos en los bordillos de las aceras.
Una pena, una desgracia.
La sapiencia, la memoria, el carácter, los gestos e incluso la forma de hablar o mirar. Pero todo sea con tal de llenar los bolsillos de quienes nos van llevando de burbuja en burbuja y siempre salen indemnes.
EliminarPor cierto, bienvenido al blog, bricd.
"Están convirtiendo los barrios del centro en parques temáticos de los barrios originales, pero sin vecinos ni nadie que encarne la convivencia", opinión recogida en un interesante artículo sobre el proceso de gentrificación en Lavapiés: https://m.eldiario.es/madrid/Lavapies-inmigracion-local-turistificacion_0_804219955.html
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