viernes, 15 de enero de 2016

mística en alpargatas

Montaña, W. Kandinsky
instantes (o lugares) en los que,
                                      de improviso,
se apodera de nosotros
un sentimiento pendular
de dicha y melancolía,
de arrojo o vacío,
tras haber alcanzado
un inexplicable estado cenital,
del que ya no es posible sino caer
para volver a comenzar
                           de cero.

sábado, 9 de enero de 2016

L'Auca de la Desconnexió. Avui: "En vaig sortir, i hi tornaré!"

Mr. "No es pot pujar l'Everest amb espardenyes" enfront de la Història. 

Imatge del ja expresident amb les seves últimes preses,
cobrades instants abans de "fer un pas al costat".

Fins sempre, Astut, no et trobarem a faltar.

(I molts ànims a tantes benvolgudes cupaires: la lluita continua!)*

__________________________________________________

* La Aleluya de la Desconexión. Hoy: "¡Salí y volveré!": Imagen del ya expresidente con sus últimas presas, cobradas instantes antes de "dar un paso al lado". Hasta siempre, Astuto, no te echaremos de menos. (Y muchos ánimos a tantas queridas cuperas: ¡la lucha continúa!)

jueves, 7 de enero de 2016

espíritus de nochevieja

31 de diciembre, sobre las 4 de la tarde, volviendo a casa en bus, en un tiempo ajeno a teléfonos móviles. te recuerdo ahí, con tu guerrera del ejército alemán, tus sesos y tu cuerpo garabato aplastados sobre los adoquines de la calle Jonqueres, todavía sin cubrir, sin sirenas ni curiosos alrededor. tan recién muerto, que pude ver tu espíritu en forma de mirlo pugnando por salir de entre las costillas, tu sangre culebreando calzada abajo al encuentro del imbornal.

martes, 5 de enero de 2016

espíritus de nochebuena (díptico, y #2)

Imagen por cortesía de Penélope
Stille Nacht, heilige Nacht

nochebuena. bajo la espesa soledad lunar y los ecos aún contenidos de las celebraciones familiares, un joven vaga por calles y avenidas desiertas, buscando evasión sin hallarla. zancada a zancada, portal a portal, se suceden semáforos y cruces superfluosno le mueven ni la extravagancia ni la arrogancia iconoclasta ni una singularidad exacerbada. tan solo sigue su propia estrella en su ícaro precipitarse sobre el ombligo del tiempo.

a dos calles del puerto, empapado ya de la humedad sonámbula del aire, topa con el neón de un garito desconocido. tras cruzar el umbral, a través de un angosto vestíbulo en forma de túnel, accede a una minúscula sala de iluminación difusa con una barra de aire retro empotrada en un lateral. suena el Weeping Wall de Bowie, y el joven recela de no haber dado con sus huesos -por algún raro descosido en la curvatura espacio-temporal-, en alguna siniestra dependencia anexa al Muro. y aunque, por un instante, está tentado de batirse en retirada, el pañuelo pirata en la cabeza del fulano que atiende en la barra, y los manguitos de rejilla de la nínfula de tez translúcida y labios pintados de negro sentada frente a él, le tranquilizan. Se lía un cigarrillo, pide una birra y un chupito de JB sin hielo, deja suelta la imaginación frente al espejo de la barra y para cuando quiere darse cuenta, no es ya sino otro personaje más en el reparto de la farsa de su memoria.

Ruleta rusa