en menos tiempo del que se invierte en urdir
una crisis
(económica, social, moral, cultural)
y su supuesta salida de ella,
el profesor
había pasado de tener que justificar
ante sus alumnos
la necesidad de la presencia
de la literatura en las aulas,
a tener que disculpar
la supervivencia
de la simple lectura
Y hacerlo en lo que dura una frase o, si los alumnos se mostraban generosos y le dedicaban toda la atención de que eran capaces, en lo que dura un párrafo.
ResponderEliminarEs para echarse a llorar... y a temblar.
Combativos y humanísticos saludos
Y así nos luce el pelo en estos tiempos en que el eslogan o el titular de prensa deportiva hace las veces de la lírica, y el WhatsApp o el Twitter, las del "Ulises" de Joyce. Nos vemos en su blog.
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