¿Fluir de nubes de media tarde o espejo de la conciencia? Blow-Up! |
Disfruta ahora de un baño: limpia tina de agua, fresco esmalte, la suave corriente tibia. Esto es mi cuerpo. Preveía su pálido cuerpo reclinado en él del todo, desnudo, en un útero de tibieza, aceitado por aromático jabón derretido, suavemente lamido por el agua. Veía su tronco y sus miembros cubiertos de oliolitas y sosteniéndose, subiendo levemente a flote, amarillo limón: el ombligo, capullo de carne: y veía los oscuros rizos enredados de su mata flotando, flotante pelo de la corriente en torno al flojo padre de millares, lánguida flor flotante."
(Ulises, James Joyce, trad. J.M. Valverde, texto modificado.)
Desde hace unos años, cada verano leo un clásico -o dos-. Ulises lo leí el verano pasado. No lo tenía previsto. Se me rompió el ordenador y aplaqué el ataque de pánico cogiendo el libro de Joyce... El mes que viene le toca el turno a Proust con el quinto volumen de En busca del tiempo perdido. Mis meses de agosto han adquirido más sentido del que nunca imaginé.
ResponderEliminarSaludos.
Yo lo he agarrado este año, harto de dejarlo -como tanta otra gente- en el tercer capítulo. No sé hasta dónde llegaré. Y ello no solo porque soy lector que picotea en varios libros a la vez, sino porque estoy descubriendo que el principal problema de la lectura de "Ulises" no radica tanto en su tan cacareada dificultad, como en la incapacidad de controlar tu propio flujo de conciencia mientras te dejas empapar por los de Bloom o Dedalus. Un cordial saludo.
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