viernes, 28 de junio de 2013
La encrucijada de Oliveira (...que 50 años no es nada)
martes, 25 de junio de 2013
End-of-season (bagatelas futboleras #2)
"Some people believe football is a matter of life and death,
I am very disappointed with that attitude. I can assure
you it is much, much more important than that." (Bill Shankly,
"Algunos creen que el fútbol es solo una cuestión
de vida o muerte. Es una opinión decepcionante.
El fútbol es algo mucho más importante que eso").
"Algunos creen que el fútbol es solo una cuestión
de vida o muerte. Es una opinión decepcionante.
El fútbol es algo mucho más importante que eso").
"El fútbol es uno de los mayores crímenes de Inglaterra." (Jorge Luis Borges,
"Football is one of the greatest crimes of England").
"Football is one of the greatest crimes of England").
viernes, 14 de junio de 2013
oniricidio
que la vida iba en serio [y la muerte todavía más], que uno se da de golpes con ella, como en una mala finta con un verso de vallejo, eran centelleos que le asaltaron cuando topó de frente con aquel exiguo enjambre de policías, dispuestos estratégicamente alrededor de las pantallas que apenas escondían de las miradas aquel cuerpo inerte enfundado en ámbar metalizado.
vehículo del asistente social estacionado a un lado, furgoneta del servicio judicial obstaculizando el paso, manos de mujer de uniforme dirigiendo con gesto angular una aséptica pieza con pretensión de normalidad; bar de comidas, guardería y kiosko, almez con la corteza enferma elevándose hacia una incierta eternidad: contamos con el escenario, los secundarios y el crimen (el de uno para consigo mismo) pero no con los espectadores, cada cual con su prisa a cuestas por llegar al trabajo, la escuela o el ordinario desasosiego, aunque observando de reojo a la bocana de este infierno sin expiación ni mitología: "...alguien que se ha tirado", se escucha con lapidaria oblicuidad, "¿hombre o mujer?": tan solo cuerpo (puerta giratoria que se cierne y se cierra sobre sí, los segundos se solidifican hasta hacerse uno en la ecuación de la gravedad); y un impulso irreprimible te hace sentir más a flor de piel que nunca a tus hijas, al tiempo que una rabia incontenible puebla de uñas las palmas de las manos...
vehículo del asistente social estacionado a un lado, furgoneta del servicio judicial obstaculizando el paso, manos de mujer de uniforme dirigiendo con gesto angular una aséptica pieza con pretensión de normalidad; bar de comidas, guardería y kiosko, almez con la corteza enferma elevándose hacia una incierta eternidad: contamos con el escenario, los secundarios y el crimen (el de uno para consigo mismo) pero no con los espectadores, cada cual con su prisa a cuestas por llegar al trabajo, la escuela o el ordinario desasosiego, aunque observando de reojo a la bocana de este infierno sin expiación ni mitología: "...alguien que se ha tirado", se escucha con lapidaria oblicuidad, "¿hombre o mujer?": tan solo cuerpo (puerta giratoria que se cierne y se cierra sobre sí, los segundos se solidifican hasta hacerse uno en la ecuación de la gravedad); y un impulso irreprimible te hace sentir más a flor de piel que nunca a tus hijas, al tiempo que una rabia incontenible puebla de uñas las palmas de las manos...
domingo, 9 de junio de 2013
El despertar de Nadie
y para ti imaginaré una celda sin barrotes ni grilletes, sin patio ni rostros patibularios, sin blasfemias ni gemidos, sin palabras, silencios ni luz, un recipiente en el que dejar de sentir, en el que sea imposible distinguir entre un motín, un castigo, la gravitación de la soledad o las lágrimas de una madre, en el que nada sepas, recuerdes o niegues, en el que el mundo se demore con cobardía en la hora en que dejaste de saberte latido, una prisión con paredes profundas como días que no pasen ni cedan en su porfía, en la que la lluvia caiga al revés: repiquetea ausente, con turbada invisibilidad, (la lluvia con la que quisieras unirte en la fuga), dejándote marcada su incesante cicatriz de agua...
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