abandonó la oficina mediada la mañana. había devorado la novela sin haber previsto otra de repuesto, y los minutos se le hacían cada vez más insoportables. sabía que ninguno de aquellos pobres diablos iba a reparar en su ausencia, así que ni siquiera se planteó fingir excusa alguna. además, vivía apenas a diez calles de distancia y el plan era sencillo: salir pitando intentando encadenar los diversos semáforos en verde, subir los peldaños de la escalera de cuatro en cuatro sin esperar al ascensor, agarrar el libro previamente escogido durante la carrera, y volver más rápido que un garabato rumbo al trabajo, arrollando viejecitos y niñas despistadas en caso necesario. el cálculo no admitía dudas: contando imprevistos, no más de diez minutos.
viernes, 29 de abril de 2016
domingo, 10 de abril de 2016
reloaded
sábado, 2 de abril de 2016
primavera, acto primero
en estos días de aniquilación líquida en que la fiebre y las imágenes deslavazadas desplazan de sus rutas habituales cuerpo y memoria, en que las pupilas apenas pueden posarse sobre las gotas de lluvia desmayada o las solapas de un libro, aflora de repente aquella otra primavera como un instante extrañamente luminoso y creativo de tiempo detenido, grato e intenso sin empalagos ni estridencias.