domingo, 31 de marzo de 2013

Escrache (esperpento gráfico)

"Latino, sácame de este círculo infernal."

("¿Quién sin que se le caiga la cara de vergüenza va a defender que un escrache es más violento que un desahucio, que un despido, que un corralito, que el cierre de la universidad y las urgencias, que una mentira electoral, que las machadas de los antidisturbios, que las multas por ejercer la democracia?" -Juan Carlos Monedero, "Escraches, la democracia que nos han robado"-).

miércoles, 27 de marzo de 2013

London, toil, tears, lentils... & Rolling Stones

Andábamos esta mañana todavía dándole vueltas a las esquinas, aristas, circunloquios y recovecos de nuestro paseo solitario en primavera de ayer, cuando súbitamente S'Peare (nuestra Iron Lady particular, a la que últimamente se la ve más de morros de lo habitual por causas que algún día revelaremos) rompía amarras (quien sabe si perversamente influida por las últimas noticias al respecto del endurecimiento de la política inmigratoria británica, o tal vez, simplemente, norteña ella, por su proverbial ojeriza a todo lo que huela a londinense) con una inquietante e irónica retahíla poética acerca de las "excelencias" de la urbe a orillas del Támesis. Así, tras un rotundo arranque con las palabras de William Blake ("I wander thro' each charter'd street, / Near where the charter'd Thames does flow. / And mark in every face I meet / Marks of weakness, marks of woe. / In every cry of every Man, / In every Infants cry of fear, / In every voice: in every ban, / The mind-forg'd manacles I hear" -1-), no ha dudado en escupir la metralla del "Cocksucker Blues" de The Rolling Stones ("Well, I'm a lonesome schoolboy / And I just came into town / Well, I heard so much about London / I decided to check it out / Well, I wait in Leicester Square / With a come-hither look in my eye / [...] Oh, where can I get my cock sucked? / Where can I get my ass fucked? / I may have no money / But I know where to put it every time" -2-), para luego (quién sabe si recogiendo la ambivalencia que estos días nos azora, domina y desdeña) resolver la jugada con la elíptica "London" de Morrissey y cía. ("Smoke / Lingers 'round your fingers / Train / Heaven on - to Euston / Do you think you've made / The right decision this time?" -3-).

martes, 26 de marzo de 2013

paseo solitario en primavera

¿Dónde, pues fieras hay, está, el desnudo
luchador? ¿Dónde está el atleta fuerte?
Todo desapareció, cambió la suerte
voces alegres en silencio mudo
(Rodrigo Caro)

se dejaba llevar (tal vez) por la ausencia de víveres en la alacena, o (¿quién sabe si?) por la fuerza centrípeta de un día radiante, o por las risas y el griterío ausentes de los patios de la escuela, o seguramente tan solo por la inercia de sus propios pies, en un esquema de baile suspenso sin pareja, ritmo ni limitaciones. despeinaba el aire, redondo y desprotegido, haciendo del caer de las hojas rumbo profético. dos grados longitud oreste siete grados distorsión antígona, sorteó con una media sonrisa a los dos ancianos enraizados en la plaza, mientras por puro pudor de lo íntimo evitaba desleírse en el runrún del chalaneo cotidiano, el zumbido de las conversaciones o el desbaratado bullicio de los pájaros. y poco importaba que aquella gente hubiera echado el candado a sus álbumes o siguiera adelante plantando cara a la nada a escupitajos. menos importaban las últimas gilipolleces y acusaciones del ministro, subsecretario o gazmoño rebuznador de turno, con-ve-nien-te-mente contestadas por la dulce oposición. como tampoco hubiera ofrecido un chavo por las bravuconadas de la horrenda troika y sus cámaras de gas bancarias. se daba cuenta con tristeza que las manos, los pies, de los codos a las rodillas y a la laringe, habían devenido raíces sin ramas ni hojas, oscuras urdimbres resecas, que se dolía de reconocer como propias frente a los escaparates con que se cruzaba en el camino. había fantaseado mil veces con el sabor de la derrota, lo había reconocido en sus lecturas de césares y cristos, como también en los llorosos ojos de su abuelo materno, y ahora
                                                           bajo su piel...
                                                                                           y no había
rencor ni ira ni abatimiento, tan solo un leve pero agudo dolor en el pecho. allá en lo alto continuarían ondeando las banderas, los sueños de los niños, la denodada lucha contra la amargura. fue entonces, cuando recién sentado en el rincón más tibio de la cafetería, deshojó el libro y encontró al azar su poema:

Los derrotados visten trajes de la nada. ¿Son
un signo absurdo ahora? ¿Se
congeló la utopía en sus cabezas?
Se los ve en cafés afligidos,
molestan, hablan
con un fulgor maltrecho en la boca
que no se termina de apagar. ¿Siguen
en la pasión de violar el mundo?
y no ser violados por el mundo? ¿Insisten
contra la estupidez? O callan y se limpian
la baba que el tiempo deja caer sobre ellos. Escriben
papeles que nadie alcanza a ver.
Tienen nombres no dichos
sobre sus huesos quietos ya.
("Babas", Juan Gelman) 

domingo, 24 de marzo de 2013

L'atelier de Nadie / "Mi estudio", de Adam Zagajewski

porque tal vez la magia sea dejarse vivir o respirar por otro, por el molusco ese ignoto que pugna por emerger branquias abajo, por sobresalir cual mágica humareda de la absurda babucha souvenir que te trajeran tus padres de su viaje a Turquía. auscultar el reloj como quien se desnuda frente al espejo (mula del tiempo, testigo protegido del pasado), volver a revisar a través de la mirilla del alma los pasos que hurgan en la escalera, el buzón de voz del móvil, mensaje no nada ni de ella ni de ninguna otra, un día más de eterna soledad acompañada por vino y regada por los inocentes ecos de los juegos de las dos criaturas fruto de tu primer matrimonio y medio, es la última jugada, tu última mano en un black-jack suicida en el que todo se presentó torcido desde el mismo momento en que el croupier marcó su baraja con tu propia derrota...

lunes, 18 de marzo de 2013

Un coup de dés jamais n'abolira... Mallarmé


        Cae
              la pluma
                           rítmica suspensa de lo siniestro
                                                                         sepultarse
                                                  en las espumas originales
        no ha mucho de donde sobresaltó su delirio hasta una cima
                                                                           marchitada
                                                  por la neutralidad del abismo


Todo Pensamiento lanza un Golpe de Dados

(Choit / la plume / rythmique suspens du sinistre / s'ensevelir / aux écumer originelles / naguères d'où sursauta son délire jusqu'à une cime / flétrie / par la neutralité identique du gouffre // Toute Pensée émet un Coup de Dés).

domingo, 10 de marzo de 2013

the forest

...algo había de áspero y repugnante en las babeantes caricias de aquel gamusino (como un pálido ecuador entre maloliente, obsceno y sacrificial), que estuvo a punto de hacerme retroceder por primera vez desde el momento en que me aventurara a dar una vuelta por el lado salvaje. pero me excitaba el cuerpo de aquella delicada criatura por la que torpemente reptaban las garras del imaginario animal. una emoción que, dada mi proverbial predilección por venusinos y guermantes, me sonrojó y estimuló a partes iguales. tal vez fuera el tatuaje que daba nombre a sus flancos -albertine-, o quizá el brillo de su piel, asombrada y frágil como una hoja de papel de fumar, o quién sabe si la soberana floresta esmeralda que (dejando en suspenso tanta liviandad) asomaba entre sus pliegues.

las normas habían quedado selladas previamente entre los participantes: el gozo de la mirada iba a primar sobre la complacencia del cuerpo.

sábado, 2 de marzo de 2013

hormiguero

21:00, aquella tarde de miércoles hormiguero había sido una despiadada parrilla sobre la que habían ido cayendo los cuerpos, desfallecidos, reventados, borrados. en su deambular sin norte ni huellas, destejiendo el tiempo en la ruidosa soledad de los bares maniatados por su espera, el aprendiz de asesino también había acusado el golpe. en la barra, entre trago y trago, juntaba los labios de espaldas al barman, forzándolos a la imitación del seco sonido del disparo perfecto, para luego entornar los ojos, como quien espera el tiro de gracia, en un extraño juego en el que se veía a sí mismo como goleador y guardameta, bateador y pitcher. sólo entonces cayó en ello: las cuentas pendientes no deben saldarse de otro modo. no basta con que el sentenciado se retuerza de dolor: tiene que implorar.