y lo mandaría todo a rodar, comenzando por el trabajo, los amigos, la hipoteca y el barrio de toda la vida, haciendo hueco en tan ominoso saco a la novela eternamente en el cajón o al recurso fácil a los buenos viejos tiempos. abajo, un tendero ocioso y un borrachín despechugado se deshacen en zalamerías con un gamusino hambriento. sin turistas, sin niños, sin fiesta, en esta raspa de verano de 2020, la gente solitaria fantasea con átomos de brisa clandestina.