día del maestro

domingo, 27 de noviembre, día del maestro. en medio del tradicional maremágnum de trabajos, redacciones, portafolios, dosieres, blogs y exámenes de final de evaluación, Σ interrumpe la corrección para abandonarse a una reflexión ecuacional a la búsqueda de las variables implicadas en el fracaso escolar, como por ejemplo:

- los métodos pedagógicos anquilosados.
- el descenso en la inversión pública y la indolencia política habitual.
- el desinterés general por toda muestra de cultura (salvo centenario conmemorativo).
- la falta de expectativas en los jóvenes (enjoy no future, versión beta 4.0);

o ya lanzada a la oniroterapia patafísica:

- el exceso de estímulos.
- el cortoplacismo a la hora de satisfacer el más mínimo anhelo.
- la narcisoide tendencia a la retransmisión compulsiva y banal de la propia existencia. 

de vuelta a tierra, Σ vacía la cafetera en la taza, abre el diario y comprueba descorazonada como no es la cucharilla, sino el boli Bic rojo, lo que remueve el azúcar. conforme avanza en la lectura de los ecos por la muerte del Comandante, se agolpan en su mente las imágenes de su viaje a Cuba de finales de los noventa: el Malecón, la Habana Vieja, el intenso olor a petróleo y salitre, los ardides de los buscavidas, o aquellas niñas y niños de impoluto uniforme escolar de camisa blanca con pañuelo azul anudado al cuello, guiando con natural desenvoltura al grupo de visitantes de la casa-museo de turno. lee en un artículo que la revolución alfabetizó al pueblo, aunque haciendo lo posible para que este no pensara. pero lejos de aventurarse a valorar el calado de tal aseveración (propensa ella misma a los maximalismos -en particular tras algunas copas de vino-, suele desconfiar de los manifestados por otros), opta por aparcar diario, café y correcciones, y se apresta una vez más a revisar las propias estrategias docentes, sin aguardar a la próxima revolución de la imaginación, la creatividad y el pensamiento...