ríe cuanto quieras, pierrot, pero no te cebes con el payaso.
quién sabe quién se esconde tras su disfraz y la mueca dibujada en su rostro.
igual una principessa aletargada o un mendigo pterodáctilo; tal vez una rana enraizada o un crápula engatusado; o quizá algún amor enfisema o un amigo gorrón del pasado; o por qué no, algún ser tan desangelado y remiendo, como para poder pasar por
pierrot...
A lo mejor quien se esconde es Caronte con su barca porque su entrada al respecto aparece y desaparece del modo más caprichoso y desconcertante que quepa imaginar. Consta en mi blog como entrada efectiva de 20 años no es nada y, sin embargo, al acceder a su blog desaparece como por arte de magia. Si es el efecto misterio el que se persigue reconozco que esta vez se ha superado con creces. La magia bloguera no tiene secretos para usted y el payaso queda como un aprendiz a su lado!
ResponderEliminarQue los vientos le sean favorables!
Lo cierto es que desde que dedique la entrada a Elpénor pasan cosas muy raras alrededor del blog y de mi propia existencia. Al respecto del payaso, mientras detrás no ande ninguno de la Gürtel, nos podemos dar por satisfechos. Buena ventolera también.
Eliminar