jueves, 28 de julio de 2016
espera, vacío, contemplación, silencio...
SÓLO la soledad resuena larga
igual que cola o viento.
Vienen
desde el vacío las palabras,
nos poseen desnudos en su centro abrasado
y en él nos desengendran
para hacernos nacer.
Escucha
como en soledad despierta,
inaudible, la pura raíz del aire.
(JOSÉ ÁNGEL VALENTE, "Segunda oda a la soledad, fragmento", en Fragmentos de un libro futuro.)
martes, 19 de julio de 2016
cambalache (unidos ...odemos)
sábado, 16 de julio de 2016
Ø
tras salir del depósito, había gastado la tarde en emborronar cuartillas, contemplar fotografías y eclipsarse en dosis diversas viendo correr las nubes a través de la ventana. hacía tiempo que frente al dilema entre acción y pensamiento, había optado por la expresión de una amargura que se le antojaba tan inevitable como fingida. despacio, mañana, quizá, para qué: no encontraba un sentido a nada de lo que hacía o deshacía. así que, a la espera de la reaparición del ACORDE AMARILLO IMPOSIBLE, se brindó tácitamente a reformularse como Ø
jueves, 14 de julio de 2016
palimpsesto
dada la íntima convicción de A del carácter palimpséstico de la naturaleza humana, no resultó nada sorprendente que, al término de su incesante pesquisa alrededor del yo originario, A tan solo pudiera reconocerse a sí misma en la reescritura de Ω
viernes, 8 de julio de 2016
la línea púrpura que cruza la nieve
abres los ojos, pero nada queda de los camaradas con los que prendieras la noche. tanteas augurios en las palmas de tus manos; solo responde el eco alterado de tu propia respiración. jadeo a jadeo, ante ti, la línea púrpura que cruza la nieve asoma como una cicatriz más del olvido, una forma insólita del renacer...
domingo, 3 de julio de 2016
la fiesta de la democracia
...un entumecimiento general se apoderó de mí. Parecía como si mi cuerpo se disolviera y se volviese transparente. En mi pecho sentí claramente los ecos de los eslóganes ingeridos en las dos últimas semanas, que emitían millones de suaves destellos. Mis pestañas crecían sin parar, y como hebras de oro se enrollaban sobre unas pequeñas ruedas de marfil que giraban con deslumbrante rapidez. En ciertos momentos volvían a mi mente los antiguos camaradas, pero estaban alterados; me parecían medio hombres y medio plantas. Tan extraña me pareció esta visión que sentí convulsiones de risa, y para unirme a la jocosidad del espectáculo empecé a arrojar papeletas al aire, volviéndolas a recoger y haciéndolas girar con la volatilidad de una promesa electoral. Uno de los interventores se dirigió a mí en castellano, aunque la traducción de sus palabras me llegaba indistintamente en saami y en suajili. Fue en ese preciso instante cuando me encaminé hacia la urna sobre vacío en ristre...
(adaptación libérrima de un fragmento de "Le hachich", texto de Théophile Gautier)