viernes, 15 de febrero de 2013

La dama fría

Hay una hora tan sólo. / ¡Una hora tan sólo! / ¡La hora fría!
(Federico García Lorca)

La Banshee (de ban, una mujer, y shee ["sidhe"], un hada), es un hada que acompaña y sigue a las viejas familias, sólo a aquellas, y que se lamenta antes de una muerte.
Muchos la han visto cuando va gimiendo y retorciéndose las manos. El caoine, el grito funeral de los campesinos, se dice que es una imitación de aquel lamento. Cuando están presentes más de una banshee y gimen y cantan a coro, es a causa de la muerte de un santo o de una persona importante.
Un presagio que siempre acompaña a la banshee es el coach-a-bower (císte-bodhar), un inmenso carro negro con un ataúd, guiado por un Dullahan y por caballos negros sin cabeza. Haciendo mucho ruido pasará por delante de vuestra puerta, y si la abrís, según Crooker, os echarán a la cara una palangana llena de sangre (W. B. Yeats, Espectros).

He recibido la noticia de la muerte de Vincent y me alegro de que usted estuviera en su entierro.
Por muy triste que sea esta muerte, no me produce mucho desconsuelo porque ya la había previsto, puesto que conocía los sufrimientos de este pobre muchacho luchando contra su locura. Morir en este momento es una gran felicidad para él, es el fin de sus sufrimientos, y si regresa en otra vida, llevará el fruto de su bello comportamiento en este mundo (según la ley de Buda). Se ha llevado el consuelo de no haber sido abandonado por su hermano y de haber sido comprendido por algunos artistas.
En este momento, toda mi inteligencia artística está en reposo y me dejo ir en un estado somnoliento; y no estoy dispuesto (...) a comprender nada (P. Gauguin, Escritos de un salvaje).

Pero Aquiles elige la opción contraria: la vida breve y la gloria para siempre. Escoge marcharse lejos, abandonarlo todo, arriesgarlo todo, entregarse anticipadamente a la muerte. Quiere figurar en el pequeño mundo de los elegidos que se despreocupan de la comodidad, de las riquezas y los honores comunes, pero que quieren triunfar en unos combates en que está en juego, en cada ocasión, su propia vida. [...]
Es como si, para brillar en toda la pureza de su resplandor, la llama de la vida tuviera que alcanzar tal punto de incandescencia que se consumiera en el instante mismo en que se enciende. Aquiles elige la muerte gloriosa, que mantendrá intacta toda su belleza juvenil. Vida acortada, amputada, mermada, pero gloria imperecedera. El nombre de Aquiles, sus aventuras, su historia y su persona permanecen vivos para siempre en la memoria de los hombres mientras las generaciones se suceden a lo largo de los siglos y desaparecen una tras otra en la oscuridad y el silencio de la muerte (J.-P. Vernant, El universo, los dioses, los hombres).

Has cerrado los ojos / Nace una noche / llena de falsas oquedales, / de ruidos muertos / como de corchos / de redes sumergidas en el agua. / Tus manos se convierten en un soplo / de lejanías inviolables / inalcanzables como las ideas, / y el equívoco de la luna / y el vaivén, dulcísimos, / si las apoyas en mis ojos / tocan el alma. / Tú eres la mujer que pasa / como una hoja / y a los árboles dejas un fuego de otoño (G. Ungaretti, Sentimiento del tiempo).

(Fragmentos con los que toparon sus ojos al abrir al azar los libros mencionados en una noche de fiebre furibunda. Una vez cerrado el último de ellos, se aprestó a dejarse envolver por la dama fría con parsimonia, recato y esmero.)


Y qué mejor (para una nueva edición de nuestra sección musical ALGO MÁS QUE RUIDO) que no una dama, sino un auténtico Pavo Frío, en una vigorosa versión en directo de 1972 a cargo de Lennon y cía. No nos resistimos al chiste fácil. Encontraréis un primer plano de La Dama Fría al inicio del "mono", justo antes de las inconfundibles payasadas de John.


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