martes, 19 de junio de 2012

Límite

la frágil disección del disfraz en la sombra. reaparición de los dedos, sobre las colillas amontonadas en el ocaso de los ceniceros. deslía, las lía, voltea, relee, repiquetea sin freno hasta lograr encauzar­las en ese temible papel, enigma blanco de rojo deseo. gime retorci­do, al danzar de las hebras, salamandras sin cielo incendiadas en la vigilia de un sol ocioso y coqueto, fálico alquimista de aire y cristal de veneno. LÍMITE. y el humo poderoso al que se entrega, le devuelve la música, el delirio de la escritura, renaciendo...

entreabre las páginas de la penumbra ingrávi­da, al fin insólita y solitaria. es una brisa dulce como un secreto la que se acurruca en su mano, acariciándola. son tantas las preguntas...

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