lunes, 23 de abril de 2012

Touché ("Pellas" à la françoise)

Sinceramente, desde 20años..., a tenor del resultado que arroja el escrutinio de la primera vuelta de las presidenciales francesas, tenemos la sensación de que estas últimas semanas, los medios (y las agencias de sondeos contratadas a tal fin) han estado jugando al gato y al ratón con sus lectores y audiencias. De una inicial excelente previsión de resultados para Hollande, pasamos (vía ejecución pública del "asesino de Toulouse") a la remontada de Sarkozy, hace dos días al hundimiento sin remisión de este, y finalmente a una victoria por la mínima del candidato socialista. Lo dicho, la ruleta rusa de los medios (y sus agencias de sondeos).

Al grano. Touché, ma non troppoTouché, pero no hundido. Al menos por ahora. Aunque no me dirán que no produce cierta dentera -al menos entre las buenas gentes- constatar que entre Sarko (que nunca fue de perfil moderado) y Le Pen obtienen algo menos de la mitad del voto (¿la vuelta de Vichy o es que Astérix, con los años, ha pegado un viraje hacia la derecha más radical?).

Pero lo cierto es que, para los que creemos que van a ser otro tipo de políticas las que ayudarán sino a curar, sí a aliviar este marasmo nuestro de cada día, seguramente se trata de una buena noticia. Aunque sin grandes alharacas. De hecho, ninguno de los colaboradores habituales hoy de guardia frente a la máquina del café las tenía todas consigo. Incluso, Rambó, nuestro experto en temas del país vecino, tiraba de su melalcohólica socarronería habitual (ya saben: "point de vieillesse, ni de dangers: la terreur n'est pas française"), y farfullaba que la elección, en el fondo, se reducía a escoger entre sistemas de voladura, a saber, "demolición desordenada" (hay que ver, Rubalcaba metiéndose a poeta underground) o "voladura controlada" -¿el método ZP, recuerdan?-, no sólo del Estado francés sino de toda la vieja y bella Europa.

Porque lo cierto es que más allá del método escogido para la voladura, todo parece indicar que al menos no está ya demasiado lejano el momento de librarse del barrenero, por cierto, Gespenst de caza mayor, pues no en vano se trata de uno de los más fieles exponentes de esa derecha sin complejos surgida en la última década del siglo pasado, y caracterizada por su mafiosa arrogancia, su viciosa egolatría, su ausencia del más mínimo pudor ético y su manifiesta capacidad para falsificar la realidad en beneficio propio. Pero mejor será que no vendamos todavía la piel del oso. (Continuará.)

Os dejo un interesante enlace de sugerente título ("Astérix contra el imperio germano"), que desarrolla la cuestión:
http://internacional.elpais.com/internacional/2012/04/20/actualidad/1334935774_626848.html

1 comentario:

  1. Lo peor: que Mélenchon no haya sido el tercero.

    O el segundo, ya puestos.

    (Y soñando, que no cuesta nada, el primero!!)

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