martes, 6 de marzo de 2012

"Wovon man nicht sprechen kann, darüber muss man schweigen"

Pero ciertamente, ¿debemos renunciar a -intentarlo al menos- expresar lo inexpresable? ¿No son precisamente las experiencias más inefables aquellas que nos dan, si no un sentido a ella, sí un atisbo del resplandor que es nuestra tenue existencia? ¿Es todo pura ilusión, superchería, absurdo ruido -incluso, especialmente la poesía- para sortear el vacío? 

6.521. La solución del problema de la vida está en la desaparición de este problema. ¿No es esta la razón de que los hombres que han llegado a ver claro el sentido de la vida, después de mucho dudar, no sepan decir en qué consiste este sentido?
6.522. Hay, ciertamente, lo inexpresable, lo que se muestra a sí mismo; esto es, lo místico.
6.53. El verdadero método de la filosofía sería propiamente este: no decir nada, sino aquello que se puede decir; o sea, las pro­posiciones de la ciencia natural –algo, pues, que no tiene nada que ver con la filosofía–; y siempre que alguien quisiera decir algo de carácter metafísico, demostrarle que no ha dado significado a ciertos signos en sus proposiciones. Este método dejaría descon­tentos a los demás –pues no tendrían el sentimiento de que estábamos enseñándoles filosofia–, pero sería el único estrictamente correcto.  
6.54. Mis proposiciones son esclarecedoras de este modo: que quien me comprende acaba por reconocer que carecen de sentido, siempre que el que comprenda haya salido a través de ellas fuera de ellas. (Debe, pues, por así decirlo, tirar la escalera después de haber subido). Debe superar estas proposiciones; entonces tiene la justa visión del mundo.  
7. De lo que no se puede hablar, mejor es callarse. 
Ludwig Wittgenstein, Tractatus logico-philosophicus, Alianza (trad. de L. M. Valdés Villanueva)

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