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Día de San Patricio, patrón de Irlanda. Hace ya casi veinte años que por estas mismas fechas o tal vez un poco antes (ni en uno ni en otro dato se ponen de acuerdo los diversos autores de esta historia), tuve el enorme placer de vagar, callejear, triscar por este inolvidable país, y de dejarme seducir por él. En el absorto y caprichoso cofre de la memoria permanecen el singular bullicio dublinés y sus gentes y, por supuesto, los atestados pubs, pero sobre todo la profundidad de los
overcast skies (esos días grises, lluviosos y ventosos, que son la legítima materia de las tierras del oeste), la bruma interior en un solitario y atribulado domingo de Galway, la niebla impenetrable estrechando el paso por Connemara, los embates del mar, las hendiduras entre las rocas en la atolondrada búsqueda del último rincón del mundo en las Islas de Aran; y la llegada a Sligo, con su algarabía apacible, y cómo de repente, como en un prodigio, cosa de santos o tal vez de duendes, los cielos se despejan y aquella belleza bravía se torna indolente, alegre y clásica, y concede su permiso a la caminata por el legendario país de Yeats.
Sirvan así de humilde homenaje estas fotografías ya desvaídas de aquel instante ahora rememorado, así como la reproducción en la propia voz del poeta de una de sus, merecidamente, más populares composiciones, ubicada en aquellos parajes.
Por otra parte, hoy es sábado y si hoy es sá... esto es ALGO MÁS QUE RUIDO y su tercera entrega, "I am the resurrection", de Stone Roses, que viene que ni pintada, una vez anunciada la vuelta a los escenarios de este combo mancuniano.
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