sentados codo con codo, pero inmersos en los propios pensamientos o en el gregario carrusel del celular. ahora que las curvas nos arrojan al vacío de nuestra existencia, ¿cómo tomarlas sin anularnos mutuamente?
(se infiltrarán en nuestra mente, alterarán las emociones, harán de nuestro tiempo polvo de algoritmo, y nosotros -eternos adolescentes que saldan sus ilusiones con el soma de las plataformas-, tan felices).
