en paralelo a la urbe de eterno resplandor acuático, floral y arquitectónico, tomada por los cuerpos incandescentes y las sonrisas deslumbradas... en perpendicular a ese trajín forastero de taxi, hall de hotel, museo express y saturnal improvisada en la playa...
...cuatro tablas que acarreas de tus cien mil naufragios intermitentes, y que son salvación, advertencia y sino; cuatro tablas carcomidas, a modo de cadalso, que, con cada chasquido, te aproximan al vacío que se abre a tus pies, y al que, ya en el límite de la inconsciencia e indiferente a más señuelos, te abandonas con cada poro de tu piel repentinamente excitada...